El texto del evangelio que corresponde a la Misa, día a día durante todo el año, con unos muy breves comentarios, puede ser una buena ayuda para leer, entender y orar la vida de Cristo.
Echar cada día la Palabra Viva en nuestra cabeza, leer una, dos veces, dejarla reposar, darle vueltas, que filtre hasta empapar nuestra personalidad y nuestro quehacer.