Lectura orante y misionera de la palabra
Lectio Divina del evangelio dominical - Ciclo C
- -5% Disponible ebook
Lectio Divina del evangelio dominical - Ciclo C
Mística y compromiso de vida.
Todos llevamos una fuerza interior capaz de transformar el mundo. Siendo felices en Dios podemos subir a la cumbre, entrar en un misterio de amor que nos sobrepasa para luego bajar al mundo como lámparas de Dios que quieren iluminar y penetrar en la realidad dando sabor a la vida.
En la vida todos experomentamos pérdidas. Es una experiencia muy común, siempre compleja, sobre todo cuando nos dolemos por la muerte de un ser querido, por una ruptura afectiva, por la enfermedad inesperada, por el fracaso...
No es fácil adentrarse en la dolorosa sinfonía de sensaciones...? Desgarro, desconcierto y confusión, vacío interior y soledad...? El corazón, herido y contrariado, suspira…
La oración es la hazaña más sublime del espíritu humano. Que esta afirmación haya salido de una mujer que representa la historia y la tragedia de la humanidad del siglo XX, da mucho que pensar. Edith Stein hizo un largo camino de búsqueda de la verdad que la llevó del judaísmo al ateísmo, de la filosofía a la conversión al cristianismo y del Carmelo a la muerte en la cámara de gas de Auschwitz.
Guías hacia la felicidad.
Cuando éramos jóvenes estábamos convencidos de que haríamos más que las generaciones anteriores para dejar un mundo mejor a las generaciones venideras.
Pero ¿qué ha sido de nuestros sueños? ¿Hemos aprovechado las oportunidades que se nos han presentado y hemos cumplido nuestros sueños?
En El Evangelio de la amistad en Carlos de Foucauld se pretende mostrar como las categorías amistad y bondad fueron básicas en la propia experiencia vital del hermano Carlos y en su dimensión misionera en medio de los tuareg, los hombres azules del desierto del Sahara, de religión musulmana. En un momento de crisis personal del Explorador de Marruecos…
Camino de crecimiento espiritual.
Despertar es saber que la felicidad se encuentra dentro del corazón humano, de ahí la búsqueda de un camino interior para que nuestro rostro pueda llegar a mostrar la alegría de vivir. Es Jesús de Nazaret quien diseñó este camino de la felicidad en su discurso sobre las Bienaventuranzas.