¿Qué hacemos con la educación?
El objetivo de este libro es mostrar la grandeza de la profesión docente enraizada en la capacidad transformadora de la educación
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El objetivo de este libro es mostrar la grandeza de la profesión docente enraizada en la capacidad transformadora de la educación
La educación de los hijos está condicionada, aunque no determinada, por nuestra propia infancia, por eso es tan importante revisar qué tipo de autoestima tenemos antes de entrar en la maternidad, porque las heridas emocionales, aunque no se borran, se pueden sanar o al menos podemos aprender a vivir con ellas para educar sin dañar y de forma emocionalmente competente.
En una clase de Psicología Social, ya lejana en el tiempo, escuché del profesor:
“Uno no elige quién quiere ser, sino a qué grupos quiere pertenecer; pues la identidad es algo más social que individual”.
Este libro nació como respuesta a la interpelación inmediata de los acontecimientos y a la exigencia de un servicio necesario en la comunidad. Es un testimonio de su oración cotidiana y comprometida: la oración enseñada y practicada en la quietud de Finkenwalde, la oración que no desfalleció tampoco en quien se convertiría en el crítico de la interpretación «religiosa» de la fe.
La crianza y la educación son dos aspectos diferentes de una misma experiencia: los hijos. Mientras que la crianza se refiere a aspectos básicos de supervivencia y cuidados, la educación se dirige a dotar a los hijos de los recursos físicos, mentales y emocionales para relacionarse con el entorno de manera sana y equilibrada, tanto en el presente como en el futuro. Pero parece que la educación emocional ha sido siempre la gran olvidada y se ha dejado que cada niño y niña desarrolle su “manual de instrucciones emocional” de manera espontánea y autónoma, sin guía ni supervisión, mientras que para el cuerpo y la mente hay entrenadores, maestros y demás profesionales.
A la buena ventura de los caminos de Palestina.
«Vino a los suyos», escribe san Juan al comienzo de su Evangelio... Vino, pero nunca se instaló.
Jesús pasa: la expresión aparece cien veces en la pluma de los que fijaron por escrito la Buena Nueva, pasa haciendo el bien; acuden a él, le escuchan, quisieran retenerle, pero él se escapa. Tiene que ir más lejos, hacia otras ciudades, hacia…
La soledad tiene tantas caras como rostros tienen los seres humanos.
Es inspiración donde el amado sueña con la amada. Es tema de canciones románticas. Es lugar filosófico de encuentro con las ideas y los interrogantes de la vida.
Comentario al evangelio diario Ciclo C (2009-2010)
Las etapas de Infantil y Primaria son ideales para trabajar la atención consciente a través de juegos, visualizaciones, prácticas de pie, sentados, tumbados, paseos meditativos, danzas y rituales.