Motivación y salud
¿Cómo motivarnos para un cuidado humanizado? ¿Qué nos motiva y qué nos desmotiva, para ser felices en las relaciones de ayuda, a la vez que eficaces?
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¿Cómo motivarnos para un cuidado humanizado? ¿Qué nos motiva y qué nos desmotiva, para ser felices en las relaciones de ayuda, a la vez que eficaces?
A partir del s. III y hasta el día de hoy, la Iglesia ha concedido más importancia a la Religión que al Evangelio, de forma que presenta y vive el cristianismo como una Religión que se funde y se confunde con el Evangelio. Y ello a pesar de que la Religión se enfrentó al Evangelio hasta tal punto que fueron sus propios dirigentes –los sacerdotes– quienes condenaron a Jesús a muerte. Ellos fueron los primeros en darse cuenta de que el Evangelio era la amenaza y la ruina de la Religión.
Una Religión que es la divinización de lo humano, mientras que el Evangelio supone la humanización de lo divino. ¿Por qué, entonces, está más presente en la Iglesia la Religión que el Evangelio? Sencillamente, porque los rituales de la Religión tranquilizan nuestra conciencia, mientras que las exigencias del Evangelio nos plantean el despojo de la riqueza y, sobre todo, del propio yo, lo que resulta muy difícil de aceptar para la mayoría de las personas. Esto ha llevado a una disminución de la relevancia de la Religión y a una desconexión con las necesidades de la sociedad actual.
Una guía para la realización de nuestro objetivo vital más profundo
Si el poder de la escucha es inmenso, el de la palabra es indiscutible. Anhelamos la escucha especialmente cuando sufrimos. La necesitamos como la cierva sedienta busca el agua. Buscamos la escucha y esperamos la palabra: la palabra oportuna, comprensiva, adecuada, la que sostiene y, en su caso, orienta, ilumina, conforta, consuela.
Qué hacer cuando la persona a la que queremos ejerce un dominio excesivo sobre nosotros
La palabra interior, la siempre naciente, esa que brota del aliento anterior a todo decir. Esta palabra interior es la que encontramos en Gratitud, diciéndose una y otra vez, irrumpiendo, pero sin romper el Silencio, porque es uno con ella, porque la recibe gozoso como fuente de la que proviene, como encuentro largamente anhelado.
La Psicoterapia gestáltica es algo más que un conjunto de técnicas psicológicas para sentirse bien, es una forma de vivir basada en el presente, en el "aquí y ahora".
Con demasiada frecuencia damos más importancia al razonamiento que a los sentimientos, cuando son estos últimos los que, básicamente, guían nuestras acciones y nuestras decisiones.
Este libro es el segundo volumen de oraciones de agradecimiento para humanizar la cotidianeidad.
Quiere cultivar un espíritu saludable, poniendo palabras al reconocimiento de lo que de bien recibimos cada día.
Una aproximación a la terapia de aceptación y compromiso. Un título como La mente o la vida puede sugerir una dicotomía quizás excesivamente drástica, pues insinúa que ambas cosas (pensar y vivir) son incompatibles. Es cierto que esto no siempre es así, pero, por desgracia, para muchas personas acaba siendo una completa realidad.
Hay cristianos que han oído hablar del mindfulness por recomendación de su médico, terapeuta o amigos. Al acercarse a esta práctica, quizás hayan leído que tiene raíces budistas, o que puede provocar problemas psicológicos, mientras que otras fuentes afirmarán su efectividad contra la ansiedad y el estrés.
Las páginas de este libro son una invitación a convertir el mirar y el escuchar en un acto de reconciliación con la Vida y de aceptación de lo que sucede.
Es un texto que, más que informar, quiere inspirar a quien, sin prisas y pausadamente, se acerque a él para leerlo, escucharlo y acariciarlo. Para quien sepa descubrirlo, está cargado de sugerencias vivenciales.