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Romano Guardini nos descubre aquí esa forma de oración de la que han vivido generaciones de creyentes: el rosario. La repetición de las mismas palabras y el ritmo de la respiración son los apoyos externos para permanecer en la cercanía de Dios.
La idea, el concepto, la visión que cada uno tiene de Dios es como el rostro de Dios que él ve. Y de la visión que tengamos depende, en gran parte, nuestra actitud ante Él. Las ideas falsas de Dios pueden inspirar cierto agradecimiento, temor, miedo, resentimiento, incluso odio… Pero jamás amor.
Benedicto XVI nos dice que San Pablo “se entregó totalmente por la unidad y la concordia de todos los cristianos”.
Pero antes, tuvo que luchar mucho. Su conversión, aunque parezca tan simple como “caerse de un caballo”, no fue fácil. La vida de Pablo fue, según sus propias palabras, un duro combate.
El Padre Pío de Pietrelcina (1897-1968), fraile capuchino durante 61 años, es mundialmente conocido porque llevó los estigmas de Cristo durante cincuenta años exactos, siendo el único sacerdote estigmatizado de la historia de la Iglesia. En su vida se conjugan de forma admirable los carismas sobrenaturales con la perfección de las virtudes cristianas.