El sentido del bautismo cristiano se descubre tanto a través de los gestos como en los textos. Conocemos bastante bien las ceremonias que acompañaban la celebración del bautismo cristiano en el siglo IV, de modo especial en Oriente, gracias a los testimonios de Cirilo de Jerusalén, de Juan Crisóstomo, de Ambrosio de Milán y de otros escritores. El autor demuestra que todas estas ceremonias existían ya en los orígenes del cristianismo, pues están atestiguadas en diversos escritos del Nuevo Testamento, especialmente en las cartas de Pablo. Algunas de estas cartas se presentan incluso como un verdadero comentario de la antigua liturgia bautismal. Estas comparaciones permiten al autor desentrañar el sentido profundo (simbólico) de las diversas ceremonias.