Infancia bien tratada, adolescencia bien encaminada
La educación de los hijos está condicionada, aunque no determinada, por nuestra propia infancia, por eso es tan importante revisar qué tipo de autoestima tenemos antes de entrar en la maternidad, porque las heridas emocionales, aunque no se borran, se pueden sanar o al menos podemos aprender a vivir con ellas para educar sin dañar y de forma emocionalmente competente.