Formación Oficial MBT‑F (Mentalization Based Treatment for Families)

Pues bien… imagina que estás trabajando con una familia que lo está pasando mal: tensiones, sentimientos que no se dicen, reacciones que confunden, o niños y adolescentes que parecen “no estar escuchados”. ¿Y si hubiera una forma de acompañar con más sentido, con más presencia, con herramientas que ayudan a que todos se vean y se entiendan mejor? Eso es lo que propone el modelo de mentalización con familias.
La formación MBT-F está pensada para atender a las dinámicas familiares, los vínculos emocionales, los distintos “somos” que estamos en una familia: padres, hijos, adolescentes, parejas… y la forma en que cada uno interpreta, siente y actúa.
Y lo mejor: Mentalizar México lo trae en formato presencial, en CDMX, en esos tres días.
¿Cuándo y cómo?
- Fechas: 10, 11 y 12 de noviembre de 2025.
- Horario: De 9:00 a.m. a 4:30 p.m. aproximadamente.
- Lugar: En Ciudad de México (presencial).
- Costo estimado: En uno de los posts de Instagram aparece los $14,500 MXN (aprox. 650 €) para la formación.
¿Para quién es?
En realidad, para ti que:
- Trabajas en salud mental (psicología clínica, psicoterapia, trabajo social, etc.).
- Te interesa la intervención familiar, los vínculos, los sistemas relacionales.
- Quieres herramientas que no sean sólo teóricas, sino que puedas aplicar en tu día a día con familias.
- Estás dispuesto o dispuesta a comprometerte tres días, presencialmente, a bucear en dinámicas profundas (sí… puede ser cansado, pero increíblemente transformador).

¿Por qué debería importarte?
Porque muchas veces —y sin darnos cuenta— en los sistemas familiares se activa algo que llamamos “no se ve lo que realmente está pasando”: silencios, emociones escondidas, reacciones automáticas… Y este tipo de formación te permite:
- Aprender a “mirar más allá de la conducta” para entender lo que está debajo.
- Conectar desde la comprensión, no sólo desde el “haz esto” o “no hagas aquello”.
- Crear espacios en que las familias puedan “pensar lo que sienten”, no solo “hacer lo que sienten” (y a veces eso hace la gran diferencia).
- Y además, hacerlo junto a otros profesionales que están en la misma onda… lo cual siempre suma, porque aprendes de los casos, de los pares, del proceso grupal.
Un ejemplo concreto
Piénsalo así: imagina que tienes delante a una pareja con un hijo adolescente que “no habla”, que se encierra, que luego explota. Tú, como terapeuta, has hablado de límites, de acompañamiento, de comunicación… Pero algo no “agarra”. En esta formación, te imaginas entrando en la conversación donde la familia empieza a reconocer: “Ah, quizá no es solo que él no hable… quizá es que sentimos que no nos entendemos, o que no lo entendemos, o que él siente que no lo entendemos”. Y ahí… cambias el foco, cambias la manera de intervenir. Y pasa algo —a veces pequeño— pero significativo. Eso es lo que me transmite esta formación.
Al final, de eso se trata, ¿no? De seguir aprendiendo a mirar con más calma, a escuchar de verdad, a entender lo que se mueve dentro de cada uno —y dentro de los demás—. Porque cuando logramos mentalizar, cuando vemos al otro con curiosidad en lugar de juicio, algo cambia… en ellos, pero también en nosotros. Este tipo de formaciones no sólo suman herramientas, también nos recuerdan por qué elegimos acompañar. Y, de paso, nos reconcilian un poquito con lo humano.
Preferencias sobre cookies
Comentarios:0