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"Lo que más me importa es despertar en quien tenga hermanos el deseo de disfrutar de una buena relación con ellos, de fortalecer su gratitud por lo sólido de sus lazos. Y a los hermanos enfrentados, me gustaría animarlos a que se reconciliasen".
El que se inicia en la búsqueda de Dios sufre un proceso similar al que vive una mujer embarazada. Al principio nada siente, nada detecta. Solo algunos síntomas comunes a otras emociones del alma y cuya causa, Dios o sí mismo, le será difícil discernir. Sostenido por la fe y la esperanza de que en algún momento de su vida Dios le mostrará su rostro, continuará en el empeño.
Desde las últimas décadas del siglo pasado se va divulgando en nuestra cultura un método de autoconocimiento llamado Eneagrama, que comprende nueve patrones psicológicos y espirituales básicos, uno de los cuales nos identifica.
Muchas personas quieren escapar de la rueda de hámster en la que se mueven a diario y desean que su trabajo les resulte plenificante y lleno de sentido.
En este libro se nos da un seráfico abrazo en el hondón de nuestra alma. No tanto por lo que dice, sino por lo que sugiere, por la vida que atesora en su interior. En pocas páginas podemos acceder a doscientos años de místicas. Más aún: compartir sus vivencias e incluso aprovecharlas, y acceder a un mundo tan fascinante como escondido. El resultado es un deseo y una realidad.
En estos días de distracción mecánica y absurda, necesitamos imperiosamente encontrar razones convincentes que nos muevan a apagar nuestros teléfonos y reconectar con nuestro verdadero yo espiritual.
Lograr la tranquilidad parece que está más allá de nosotros mismos, y esto nos deja con un cierto dilema: necesitamos quietud para encontrar a Dios, pero necesitamos su ayuda para encontrar la quietud. Con esto en mente, ofrezco una oración por la quietud del corazón.
Esta obra, que reeditamos cincuenta años después de su publicación, fue la última que Merton elaboró justo antes de su famoso «Diario de Asia» de 1968, que terminó con su muerte accidental en ese mismo año. Sin embargo, en medio de todo el entusiasmo y los elogios que siguieron a su muerte, el significado de esta pequeña joya tal vez se comprendió menos de lo que merecía.
Las emociones cumplen una función básica en la adaptación de los individuos a su entorno y forman parte de la naturaleza humana. Sin embargo, en la espiritualidad cristiana clásica frecuentemente fueron ignoradas o tratadas con sospecha, especialmente las emociones consideradas negativas.
Este libro nos desvela las claves del distanciamiento entre la espiritualidad y la psicología emocional…
Alguien dijo que hay dos grandes días en la vida de una persona: el día en que nace y el día en que descubre para qué. Y quizá por eso, una vez nacidos y alcanzada la capacidad de hacernos preguntas, comenzamos a cuestionarnos de dónde venimos, a dónde vamos, y exactamente qué hacemos aquí mientras tanto. Son interrogantes propios de cualquier ser pensante, no solo de filósofos y expertos.
Este libro se enmarca en el horizonte de sentido y espiritualidad en el que el eneagrama se situaba tradicionalmente y conviene que siga situándose. Aborda en concreto las Ideas Santas, pero con un enfoque original, pluralista, contemplándolas desde tres perspectivas de sentido, desarrollando más ampliamente la perspectiva cristiana.