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Eva piensa que es invisible, como un fantasma, y que solo algunos animales pueden verla. Pero un día dos niños la invitan a jugar y entonces se da cuenta de que no es invisible. A ella le gusta más ser un árbol o una farola, volar con los pájaros o subirse en una nube, pero sus nuevos amigos quieren enseñarle a correr, saltar, columpiarse y montar en bicicleta.

Un día, mientras persigue a un cervatillo, Inés entra en un misterioso bosque. Allí conoce a una serie de extraños personajes que la conducen hasta un valle secreto y mágico donde reinan el silencio y la paz.

A Javi no le gusta nada que sus padres le hayan dejado con sus tíos en un caserío perdido en medio del monte. Piensa que será muy aburrido, pero se llevará una gran sorpresa. Su primo Iker y su tío Aitor le van a descubrir cosas que no habría imaginado ni en sueños.

La muerte de su abuelo obliga a Raquel a viajar con sus padres hasta la tierra de los grandes acantilados, donde su abuela los espera para el entierro. Su encuentro con el Capitán Aguadulce, gran amigo y compañero de aventuras de su abuelo, la ayudará a conocer más cosas sobre él y a descubrir un secreto bien guardado que le hubiera gustado compartir con ella.

Cuando Igor y Brenda salen volando por los aires piensan que su final ha llegado. Sin embargo, aparecen en otro mundo muy diferente al suyo, donde van a descubrir de dónde vienen las ideas, qué hacer para que las preocupaciones desaparezcan y el poder que tiene la respiración.

Una noche Paul se despierta muy asustado al escuchar una voz desconocida que le habla al oído. Cuando abre los ojos ve a una momia y descubre que le ha dejado un papiro encima de la cama. Su hermana Helen, que está enferma en un hospital, se convierte en su confidente, y juntos ponen en práctica las lecciones que la momia les da sobre el arte de la imaginación.