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En este libro yo quisiera echar una mirada de amor y gratitud sobre la Iglesia Madre desde mi propia experiencia personal. Teniendo en cuenta la circunstancia de mi avanzada edad, es de suponer que este sea ya mi último libro, y, por lo mismo, aunque no pienso escribir unas memorias, sí quiero que sea como mi testamento; sencillo y modesto testamento espiritual, eclesial y pastoral.
¿Es realmente un dogma la imposibilidad de salvación fuera de la Iglesia Católica? ¿Puede el optimismo acerca de la posibilidad universal de salvación -generado tras el Concilio Vaticano II- ser considerado un desarrollo homogéneo de la doctrina? ¿O sería quizás más honrado decir que la Iglesia Católica ha reconocido el error de sus enseñanzas anteriores?
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