CONOCE TU ANSIEDAD Y APRENDE A GESTIONARLA

CONOCE TU ANSIEDAD Y APRENDE A GESTIONARLA

“La ansiedad mata relativamente a pocas personas, pero muchas aceptarían gustosas la muerte como una alternativa a la parálisis y el sufrimiento provocados por las formas más graves de ansiedad”. – David H. Barlow

Imaginemos por un momento que usted está pasando por un momento difícil en su vida y experimenta desde hace días una mayor activación fisiológica, está más preocupado, siente miedo por lo que pueda suceder y suele dormir mal. Usted seguramente estará atravesando un periodo de ansiedad, una situación que, aunque sea desagradable, conlleva una movilización de recursos físicos y psicológicos que se hace necesaria para que pueda responder a esa situación y encontrar soluciones a sus problemas actuales. Por eso, la ansiedad es una vieja compañera de los seres humanos en su adaptación al  medio y, al igual  que la emoción de miedo, tiene un lado positivo, al haber contribuido también a la supervivencia de la especie durante el camino de la evolución humana. Es por esta razón que no tiene sentido, ni tampoco es posible, eliminar la ansiedad totalmente, esto es algo importante de comprender. Tendremos que diferenciar entre una ansiedad normal y otra patológica: la primera es consustancial a la propia vida y es una energía que nos impulsaría hacia delante cuando atravesamos circunstancias difíciles o en el logro de ciertas metas u objetivos vitales. A este tipo de ansiedad normal es mejor llegarla a aceptar, poniendo los medios para que no vaya más allá. La segunda, sin embargo, por su mayor frecuencia, intensidad o duración (varios mese), provoca gran desequilibrio y malestar, afectando de forma significativa al funcionamiento cotidiano de la persona y, en general, a su calidad de vida. En este caso, es necesaria una intervención psicológica que permita volver a unos niveles aceptables de ansiedad.

Y es que, en función de cuál sea ese nivel de ansiedad, así experimentamos la vida y a nosotros mismos. En niveles bajos, la ansiedad es una energía canalizable hacia la consecución de aquellas cosas que son importantes para nosotros y nuestros seres queridos. Pero, en niveles altos, la ansiedad anega la vida, produce trastornos psicosomáticos de todo tipo, complica mucho nuestra experiencia y las relaciones con las demás personas. Porque, cuando la ansiedad es alta, todo se vive desde la ansiedad y la inarmonía, siendo muy difícil conectar con el presente, experimentar tranquilidad y tener capacidad de disfrute. Por otro lado, todos sabemos muy bien que una ansiedad alta afecta en gran medida al rendimiento de una persona en el trabajo y es la causa principal, junto con la depresión, de las bajas laborales.

La ansiedad patológica puede definirse como una respuesta fisiológica, emocional y cognitiva de cierta intensidad, que perdura en el tiempo, y que se caracteriza por una percepción de amenaza y de falta de control o recursos suficientes para hacer frente a ciertas situaciones potencialmente adversas, así como por la anticipación de que ocurrirán consecuencias negativas.

(…) un poema de Mario Benedetti con el que me siento especialmente unido y que se titula “No te rindas”. Cuando uno pasa por momentos difíciles y sufre de ansiedad es un poema que merece la pena tener a mano:

No te rindas, aun estas a tiempo

de alcanzar y comenzar de nuevo,

aceptar tus sombras, enterrar tus miedos,

liberar el lastre, retomar el vuelo.

No te rindas que la vida es eso,

continuar el viaje,

perseguir tus sueños,

destrabar el tiempo,

correr los escombros y destapar el cielo.

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se esconda y se calle el viento,

aun hay fuego en tu alma,

aun hay vida en tus sueños,

porque la vida es tuya y tuyo también el deseo,

porque lo has querido y porque te quiero.

Porque existe el vino y el amor, es cierto,

porque no hay heridas que no cure el tiempo,

abrir las puertas quitar los cerrojos,

abandonar las murallas que te protegieron.

Vivir la vida y aceptar el reto,

recuperar la risa, ensayar el canto,

bajar la guardia y extender las manos,

desplegar las alas e intentar de nuevo,

celebrar la vida y retomar los cielos,

No te rindas, por favor no cedas,

aunque el frío queme,

aunque el miedo muerda,

aunque el sol se ponga y se calle el viento,

aun hay fuego en tu alma,

aun hay vida en tus sueños,

porque cada día es un comienzo,

porque esta es la hora y el mejor momento,

porque no estas sola,

porque yo te quiero.



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