LA MENTE INQUIETA

LA MENTE INQUIETA

Capítulo 1. La mente inquieta

Piense en la última vez en que se aburrió. Quizás estaba parado en un atasco de tráfico, o mirando descuidadamente un programa de televisión, o atrapado en una aburrida reunión de trabajo. ¿Recuerda qué pensaba en ese momento? Probablemente no, pero es muy probable que estuviera soñando despierto o que su mente divagara de un pensamiento a otro. Cuando nos aburrimos somos especialmente proclives al pensamiento intrusivo. Nuestra mente entra en un modo automático que genera pensamientos que flotan libremente y que están completamente desconectados los unos de los otros y que pueden ser muy poco relevantes para la situación en la que nos encontramos. Es como si nuestra mente estuviera siempre en un estado activo, inquieto, incluso cuando nos sentimos poco estimulados. Es evidente que hay otros momentos en los que nuestros pensamientos en flotación libre, o intrusivos, adquieren un tono más oscuro y más negativo porque los desencadena una situación estresante o problemática.

“Nuestro recuerdo para este tipo de pensamiento es más nítido porque esos pensamientos se centran en cuestiones más importantes para nuestro bienestar general”.

Este capítulo profundiza en la naturaleza de las intrusiones mentales no deseadas y en el papel que desempeñan en el malestar personal. A partir de esta explicación obtendrá una comprensión más profunda de su ansiedad, depresión u obsesiones y de por qué puede ser susceptible a las intrusiones mentales. También descubrirá que el pensamiento intrusivo puede ser una bendición o una maldición para su calidad de vida, y aprenderá cuál es el origen del pensamiento espontáneo y cómo es necesario para el funcionamiento normal del cerebro. El capítulo contiene muchas listas de comprobación de autoevaluación y otros ejercicios previstos para aclarar los estados emocionales complejos. Conviene que trabaje este capítulo a su ritmo y despacio, dedicando el tiempo necesario para absorber por completo todo el material de autoevaluación. Todo ello le proporcionará unos cimientos sólidos para aplicar la nueva ciencia del control mental a su ansiedad y a su depresión. Un buen punto de partida es con un ejemplo de una de las formas más evidentes de pensamiento intrusivo emocionalmente problemático: la duda obsesiva.

LA HISTORIA DE DANIEL: MANEJAR LA DUDA

La duda es una forma natural de pensamiento humano, pero para Daniel la duda se había convertido en algo extremo e irracional. Prácticamente cualquier acción o cualquier decisión podía desencadenar un ciclo incesante de duda. Al salir de casa, Daniel dudaba de si los grifos estaban bien cerrados, si todas las luces estaban apagadas, o si la puerta había quedado bien cerrada. Cuando le asaltaba la duda, Daniel imaginaba todo tipo de catástrofes causadas por esos posibles descuidos o errores. Un grifo mal cerrado podía causar que la casa se inundara, una puerta mal cerrada podía invitar a que entraran intrusos. Y aunque Daniel se daba cuenta de que sus y si… eran muy improbables y a menudo absurdos, sus intrusiones de duda le ponían tan ansioso que comprobaba compulsivamente una y otra vez para asegurarse de que todo estaba bien. Luchaba valerosamente contra la duda y la urgencia por comprobar, pero no servía de nada. La comprobación nunca resultaba plenamente convincente y cuanto más lo hacia, más se intensificaban la ansiedad y la duda. Al final Daniel se dio cuenta de que su duda era una forma de trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y de que necesitaba ayuda profesional.

“Este capítulo presenta algunas herramientas de evaluación para ayudarle a comprender mejor su ansiedad, su depresión y las intrusiones preocupantes asociadas”.

Daniel sufría niveles intensos de ansiedad, y cada vez podía remontar hasta su origen en una duda obsesiva. Sin embargo, no todo el malestar emocional puede atribuirse a un único tipo de intrusión mental. La ansiedad, la depresión, la culpa, la frustración y demás emociones negativas suelen desencadenarse por varios pensamientos, imágenes o recuerdos intrusivos y no deseados. El resultado de todo ello es que quizás necesite una evaluación mas extensiva para descubrir el tipo y la intensidad del malestar emocional que experimenta con sus intrusiones mentales no deseadas.

“Los trastornos de ansiedad varían entre un aumento brusco de la ansiedad, conocido como ataque de pánico, y una sensación general de malestar o aprehensión. La preocupación suele ser una característica prominente de la ansiedad mas generalizada. En algunos casos, la ansiedad o el miedo pueden ser muy específicos, y la sensación de ansiedad solo aparece en situaciones sociales porque se teme la evaluación negativa por parte de los demás”.

Recomiendo encarecidamente este libro a todas aquellas personas que estén luchando con la ansiedad, la depresión o demás problemas asociados con las intrusiones mentales no deseadas. - Martin M. Antony, PHD Universidad de Ryerson




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