Los tres ingredientes clave de la compasión

Thich Nhat Hanh dice a menudo que la comprensión lleva a la compasión, pero, ?qué significa eso exactamente? Ciertamente no quiere decir que cualquier clase de comprensión lleva a la compasión. Si comprendo que alguien tenia huevos para desayunar o que nació en Indiana, ello no va a ayudarme necesariamente a sentirme de manera diferente con respecto a él. Creo que existen tres tipos especificos de comprensión –los tres ingredientes clave–, que tienen el poder de crear compasión dentro de nosotros. Estos tres ingredientes clave son un modo de reformular las tradicionales Cuatro Nobles Verdades del budismo. Thich Nhat Hanh las traduce diciendo que (1) el sufrimiento existe; que (2) el sufrimiento tiene sus causas; que (3) el bienestar existe; y que (4) el bienestar tiene sus causas. En primer lugar, consideraremos estos ingredientes clave por lo que respecta a la compasión por otra persona, y, a continuación, veremos cómo se aplican en un ejemplo de autocompasión.
1. Comprendemos que la persona sufre. La actitud de Jeff cambió tan pronto como vio lo mucho que Donald estaba sufriendo. Al principio, Jeff supuso que Donald estaba actuando por puro egoismo, pero cuando se dio cuenta del momento dificil que estaba atravesando su companero de trabajo, pudo ver la situación con mas claridad, y la compasión fue el resultado natural. Cuando no vemos el rol que desempena el sufrimiento en la forma de actuar de las personas, ideamos toda clase de visiones erróneas sobre la razón por la que estas hacen lo que hacen. Podriamos pensar que son egoistas, crueles, o que disfrutan haciéndonos sufrir. Si pensamos asi en alguien, no sentiremos mucha compasión. En lugar de ello, nos sentiremos enfadados y frustrados, como le sucedió a Jeff, o podriamos sentirnos tristes e impotentes. Cuando nos sentimos de ese modo con respecto a alguien, puede resultar util reflexionar sobre el sufrimiento que podria estar experimentando esa persona.
2. Comprendemos que la persona quiere ser feliz y que esta intentando (aunque sin demasiada destreza) crear felicidad para si misma y para los demas. Imaginate que Jeff hubiera pensado esto al enterarse de la situación que estaba atravesando Donald: «Este chico unicamente quiere sufrir. No esta haciendo nada por ayudarse a si mismo, y yo no voy a perder mi tiempo en una causa perdida». Esa clase de pensamiento habria dado lugar a un resultado muy diferente. En vez de ello, cuando Jeff supo del sufrimiento de Donald, también advirtió que su companero de trabajo queria ser feliz y que necesitaba ayuda. Todos nosotros hacemos cosas que nos causan problemas a nosotros mismos o que se los ocasionan a los demas, o tal vez no sepamos cómo salir de una situación dificil, pero eso no significa necesariamente que nos guste sufrir.
Es posible tener toda la intención de crear felicidad para nosotros mismos y para otras personas, y no saber el modo de hacerlo. Por ejemplo, si mi hijo me robase algo, podria perder los estribos y gritarle. No le grito porque disfrute haciéndole sufrir. Lo hago porque no quiero que tome decisiones que causen mas sufrimiento en su vida. Quiero que sea feliz, y no puedo pensar en una mejor manera de hacer que eso suceda en ese momento que gritandole. Si alguien me dijera qué hacer para que mi hijo se sintiera realmente amado y para que no volviera a robar nada, ciertamente preferiria hacerlo.
De hecho, me gustaria que te detuvieses y que pensases en una de las peores cosas que hayas hecho en tu vida –una decisión que lamentes profundamente–. Cuando hayas escogido algo, piensa en ello: si, en ese momento, hubieses sabido el modo de crear felicidad (o seguridad, o cualquier necesidad basica) para ti mismo y hubieses seguido haciendo felices a los demas, ?habrias elegido eso? Tómate un minuto para examinar esta cuestión. Si en ese momento dificil se te hubiese ocurrido algun modo de encargarte de tus propias necesidades y hubieses conseguido que otras personas fuesen felices, ?habrias hecho eso?
Les he planteado esta pregunta a muchos clientes y la respuesta es casi siempre la misma. Incluso las acciones que mas lamentamos no se hicieron con una intención verdaderamente maliciosa. Muchas personas diran que querian hacerle dano a otra persona, porque ese era el unico modo que se les ocurria de atender sus propias necesidades. Si hubiesen podido sentirse seguras o comprendidas, etc., sin danar a la otra persona, habrian preferido eso, pero no sabian el modo de lograrlo. Cuando vemos esta motivación basica hacia la felicidad en nosotros mismos y en los demas, la compasión se vuelve mas posible.
3. Comprendemos que no existe una separación fundamental entre nosotros. Si eres una persona que sufre y que quiere ser feliz, entonces tienes mucho en comun con las demas personas del planeta. Esto es algo que todos nosotros compartimos y que nos conecta. Es parte de lo que implica ser humano. He aqui el tercer ingrediente clave para la compasión: ver que todos estamos en esta situación juntos –que todos luchamos, queremos ser felices, y que no siempre sabemos cómo hacer que eso suceda–.
Cuando Jeff me contó la situación que estaba atravesando Donald, una de las primeras cosas que dijo fue cómo se sentiria si fuese él el que estuviese haciendo frente a los mismos problemas. Jeff se puso en el lugar de Donald y pudo identificarse con la manera en que se sentia su companero de trabajo. Vio que no existia una separación fundamental entre ellos, sino que ambos eran seres humanos que deseaban ser felices y que no querian sufrir. Existe un sentimiento auténtico de conexión que tiene su origen en esta percepción.
Otra parte de esta comprensión consiste en ver que la felicidad de otra persona esta conectada con la nuestra propia. Jeff se dio cuenta de que, al ayudar a Donald, se estaba ayudando también a si mismo. Si podia hacer algo para que Donald se sintiese un poco mas feliz, eso también le haria feliz a él. Cuando reconocemos lo conectados que estamos entre nosotros, la compasión surge de manera mas natural.
El Dalai Lama (2006) describe maravillosamente estos tres ingredientes en su discurso: «Por naturaleza, los seres humanos quieren felicidad y no sufrimiento. Con ese sentimiento, todos intentan alcanzar la felicidad y tratan de deshacerse del sufrimiento… Basicamente, desde el punto de vista del verdadero valor humano, todos somos iguales» (p. 180). Cuando podemos ver que las demas personas son como nosotros –que también ellas sufren y que quieren ser felices–, lo que emerge es un tipo especial de alianza. Queremos que se alivie su sufrimiento y que sean felices, y ellas también quieren lo mismo. Es una manera muy profunda de desearles lo mejor. Es un deseo de que no sufran y de que sean felices. Este deseo lleva a menudo a la acción que consiste en tratar de mejorar la situación. Sin embargo, si te das cuenta de que no puedes hacer nada mas, el hecho de desearle lo mejor a alguien de una manera centrada y consciente sigue siendo enormemente poderoso.
Extracto sacado del libro de La autocompasión en psicoterapia de Tim Desmond
Comentarios: