No es facil distinguir a esta mujer, Rösse Macpherson, autora del divertido y terapéutico “Ya no tengo el alma en pena” que acaba de publicar Desclée De Brouwer. No es facil distinguirla, y no tanto por el pelo rubio y las gafas de sol con que se presenta a esta entrevista, sino por la desbordante y arrolladora personalidad que desborda esta mujer. Si no la viera con mis propios ojos, juraria que Rösse Macpherson encubre a mas de una persona. Sin duda, ella se ha atrevido a ser “la mejor versión de si misma” y lo mejor es que sabe cómo ensenarnos a que también nosotros demos el paso.

P: Si “Ya no tengo el alma en pena” es que antes si la he tenido. ?Por qué nos empenamos en tener el alma en pena?

R: Se debe a que nos aguamos la fiesta de la vida al no valorar lo qué perdemos teniéndola en pena en lugar de en modo alegria. Quiza se deba a que el desprestigio, el menosprecio, la displicencia y la falta de respeto para con uno mismo es lo habitual en la sociedad. Todo ello es anormal, enfermizo, pero al ser habitual, la gente lo vive como normal. Consecuentemente, poca gente se atreve a ser la mejor versión de si mismo. Hay quien incluso cree que no tiene derecho y eso, claro, crea mucha pena en el alma.

P: ?A quién esta dirigido este libro? ?Qué ofrece y qué pretende?

R: A cualquier persona en plena crisis vital, o que se sienta mal emocionalmente, o que se cuestiona por qué no logra triunfar a pesar de sus cualidades e incluso talento. También puede ser muy apropiado para personas a las que les gusta la tematica de desarrollo personal, sean o no profesionales del coaching o de la psicologia. Es un libro que muestra cómo ‘coachear’ y hacer un ‘pacing & leading’ (PNL) en un caso como el de la protagonista que se cuestiona quién es. A veces, nos sentimos perdidos y necesitamos de un “hadamadrina” que nos ilumine el camino.

P: La actriz y presentadora Miriam Diaz-Aroca dice que su libro crea adicción y que es “un enganche catartico y terapéutico bestial”…

R: Eso hace tiempo que me lo dicen. Sera porque no pontifico, sino que muestro un camino a seguir y a ser transitado como a uno mejor le plazca. Cuando leemos algo que nos llena el alma, alimenta la mente y es practico, es como degustar un plato que le habla a todos nuestros sentidos. Y, de lo bueno, siempre se quiere mas… El contenido del libro se nota que es fruto de la experiencia, aderezado con mi esencia; por eso tiene ese sabor tan unico que engancha.

P: Ciertamente, la obra es un chute de optimismo y autoconfianza pero, digame Rösse: ?Cómo mantengo el propósito tras acabar la lectura?

R: Una manera es convertir el libro en una suerte de guia vital y aplicar la esencia de ‘llevarse bien con una misma’, como diria Miriam. Cuanto mejor nos llevemos con nosotros, mejor nos sentiremos y mejor nos ira. Aplicando los 7 errores a no cometer y practicando un poco cada dia los 8 aciertos, sera de gran ayuda y los resultados pronto se notaran. Al fin y al cabo, estos son una suerte de ‘mandamientos vitales’ o ejercicios clave para estar en forma vital. Son un ‘antiaging’ de la psique y de la vida. Porque no hay nada peor que perder la ilusión por vivir y las ganas por ser la mejor versión de nosotros mismos.
P: En el libro se desvelan los siete peores errores y los ocho mejores aciertos que podemos cometer. ?El peor y el mejor?
R: El peor: no creer en ti lo suficiente. El mejor: creer en ti. tatuarte en el alma ‘soy lo mejor que me ha pasado’

P: “Ya no tengo el alma en pena” no contiene sesudas explicaciones cientificas sobre nuestro comportamiento, sino soluciones practicas para hechos concretos. ?Era ese el propósito?

R: Nunca me ha gustado, no es mi estilo, dar sesudas explicaciones. Yo escribo para todos los publicos, no para académicos. Ademas, yo quiero que a la gente le sea util, practico, que le hable a su mente y a su alma, que le nutra y que pueda poner en practica las sugerencias con facilidad y prontitud. Escribo libros que me sean utiles y gratos de leer, que cuando los lea y relea me inspiren. Puesto que el amor bien entendido empieza por uno mismo, tenemos con los demas el tipo de relación que tenemos con nosotros mismos. Lo que yo quiero para mi, lo quiero para los demas.

P: Uno de los personajes que transitan por el libro (Donatella), dice que “los publicistas fueron el primer coach”…

R: Yo lo soy, por eso tengo muy claro que ellos fueron los primeros. Saben aconsejar a sus clientes, deben averiguar los puntos fuertes y débiles para desarrollar estrategias y guian a un producto hacia el éxito. Un publicista, al igual que un coach (uno verdaderamente profesional), debe saber ver los puntos fuertes y reconvertir los débiles para que apoyen a los primeros en lugar de desmerecerlos. Un publicista sabe qué decir para animar a salir a ganar.

P: El mundo del coaching y los coach tiene mucho de bazar persa, con joyas y baratijas entremezcladas. ?Cómo acierto si recurro a un coach?

R: Muy buena cuestión. Podria responder aquello de ‘Es una pregunta tan buena que no merece la pena arruinarla con una respuesta’… Empero, respondo: hay que hacerla la prueba del ‘enséname la patita por debajo de la puerta’, que es igual a preguntarle por qué se hizo coach. Los ‘oportunistas’ tienen una trayectoria previa que no sirve de plataforma para su nueva profesión; eso si , de repente descubrieron que les gusta ‘ayudar’ a personas. Hay que descartar a los que ayudan; a los que ‘el coaching me salvó la vida y por eso me he hecho coach’, a los ‘entusiastas’, y a los que se lo toman como si fuese un juego. Como a un abogado, debemos preguntarle ‘?Qué experiencia tiene en casos como el mio? Y, la pregunta determinante es: “?Por qué se contraria a si mismo?”

P: Por cierto, ?ha recurrido la auténtica Rösse Macpherson alguna vez a un coach?

R: En mi caso, he tenido hadamadrina, que no coach. Me refiero a Rosetta Forner: “Un poco de hadamadrining es un mucho de coaching”, pues prefiero la PNL.

P: Por ultimo, permitame una curiosidad personal, Rösse Macpherson: ?desciende usted del noble linaje de los Macpherson de toda la vida?

R: Yes, it is. Mezclados con los Baker de toda la vida. Lo cual da una combinación singular y ‘rossehada’ con aroma a azahar.