La crisis de la media vida

La crisis de la media vida

En el medio del camino de nuestra vida acechan las crisis mas hondas. Pueden producirse a causa de algun hecho externo: un cambio en el trabajo, una ruptura familiar, una enfermedad, un accidente, la pérdida del empleo, la muerte de un ser amado… Para muchas mujeres, madres de familia, este momento llega cuando sus hijos se hacen adultos y abandonan el hogar: llega el temible sindrome del nido vacio, que a veces puede convertirse en un auténtico duelo.

En esos momentos vemos cómo todo el mundo que habiamos construido a nuestro alrededor, ese reino, la tierra prometida de nuestros afanes y suenos, se tambalea y se derrumba. Las reacciones son inmediatas. Pueden ser de rebeldia, de ira o de dolor. Podemos aceptar, combatir, escapar o resignarnos. Podemos hundirnos o luchar para salir del abismo. Podemos rebelarnos ante el mazazo absurdo o buscarle un sentido que nos permita aprender y madurar. En cualquier caso, nuestra vida da un vuelco irreversible.

Cuando se ha tocado fondo, ya solo queda remontar. Decia el rabi Nachman de Breslau que la vida es como una montana rusa: cuando llegas abajo, ten la certeza de que pronto comenzaras a subir. Pero esta subida no es un volver a aquellos tiempos pasados. No, es aun mejor. El futuro no se construye mirando atras, por muy valiosa que sea la experiencia acumulada. El pasado puede ayudarnos si sabemos filtrar lo que nos alimenta de lo que nos envenena. Pero de la misma manera que se camina mirando hacia adelante, no podemos crecer si no nos volcamos hacia el porvenir.

Esta etapa de crisis profunda, en la madurez de la vida, es como el sueno de la crisalida. Tras el bache, necesitamos retirarnos a nuestra cueva. Quizas dejemos nuestra frenética vida social, cambiemos de residencia, de trabajo o de ritmo vital, o nos vayamos un tiempo a otro lugar mas tranquilo. El retiro puede ser fisico o espiritual. Podemos convertir nuestro hogar en una ermita si sabemos buscar el tiempo y el espacio adecuados. Tal vez una enfermedad nos obligara, literalmente, a pasar mucho tiempo en nuestro capullo, ya sea en casa o en la cama de un hospital. La crisalida, aparentemente, esta muerta. No se mueve, no se comunica. Duerme. Pero dentro de su capa se esta gestando una vida asombrosa.

Israel anoraba su templo, su colina de Sión, su ciudad, su época dorada. Al regreso del exilio, el pueblo se empenaria en su reconstrucción. Pero el Israel retornado del exilio ya no era el mismo de antes ni lo seria jamas. Era un pueblo renovado, con una consciencia distinta y una identidad fuerte. Ya no era el pueblo que coqueteaba con los dioses cananeos y jugaba a emular el fasto de los imperios orientales. El Israel que se forjó en el exilio se convirtió en una auténtica comunidad, con una fortaleza y una vitalidad interna que jamas tuvo el Israel de las tribus o la monarquia de la casa de David.

También nosotros, en la crisis de la vida, estamos llamados a envolvernos en nuestra crisalida. Es una necesidad vital que no deberiamos soslayar ni demorar. Cobijados en el silencio, acunados por la fe y la certeza de ser amados, alentados por la libertad que nos da el perdón, podemos reencontrarnos con nuestras raices y rescatar nuestra originalidad. Porque ser original no es otra cosa que volver a los origenes, a los comienzos, a esa vocación que un dia nos hizo salir de casa… Quizas para muchas personas este sera el momento de salir definitivamente, por primera vez, si en su momento esquivaron el éxodo. Para las mujeres que han sido madres, tal vez es la oportunidad de realizar suenos que no pudieron llevar adelante cuando estaban comprometidas con la crianza de sus hijos. ?O descubrir en si mismas talentos insospechados!

En el exilio el pueblo de Israel no solo se refuerza, sino que se encuentra con otra misión, mucho mas poderosa que la primera. Si antes el sueno era la tierra prometida, ahora este pueblo sin tierra esta llamado a ser luz de las naciones:

Poco es que seas mi siervo para restaurar las tribus de Jacob y hacer volver a los supervivientes de Israel. Te voy a hacer luz de las gentes, para que mi salvación alcance hasta los confines de la tierra (Isaias 49, 6).

La nueva misión va mas alla que la primera. Y, a veces, nos llevara en una dirección distinta. Quizas estudiaremos de nuevo, cambiaremos de trabajo, de profesión. Reorientaremos nuestra vida. ?Hacia dónde? Si antes nuestra misión estaba centrada en nosotros mismos, en nuestra familia o nuestros circulos mas próximos, ahora adquiere un caracter mas amplio, de mayor generosidad y alcance. No tiene por qué ser algo heroico ni grandilocuente.

Basta con que esté orientada al servicio, al bien, a la alegria, a aportar algo benéfico a este mundo. Puede ser a través de un trabajo terapéutico, docente o artistico. O, simplemente, a través de un cambio en la forma de vivir y trabajar alli donde ya estamos. El cómo es mucho mas importante que el qué…

Reinventarse y cambiar de rumbo

Hoy se habla mucho de reinventarse. Tras un golpe, una enfermedad o una pérdida, nos encontramos a menudo con que debemos empezar de cero, cambiar nuestro rumbo vital o… ?reinventarnos!

El rabi Nachman de Breslau lo expresaba asi: Todo cuanto sucede en esta vida es para brindarnos la libertad de elección. Y la libertad de elección es simple: lo quieres, lo eliges. No quieres, no lo eliges.

Por supuesto, muchos discutiréis: esto no es tan sencillo. ?Estamos tan condicionados! Hay mil factores que nos influyen y limitan nuestra libertad, y para todos ellos encontramos justificación. Los expertos en psiconeurologia lo saben bien. Nuestro cerebro crea una serie de conexiones neuronales que fabrican emociones, con la consiguiente emisión de ciertas hormonas o péptidos que se liberan a la sangre. Cuando estas emociones son recurrentes, literalmente nos volvemos adictos a ellas, aunque sean emociones negativas y autodestructivas. Si, suena terrible, pero uno puede ser adicto al miedo, a la angustia, a la prisa o al maltrato emocional. El victimismo no es una broma, es una seria adicción al fracaso. Por supuesto, nuestra actitud desencadena una serie de reacciones a nuestro alrededor. Tampoco es magia ni maldición que realmente atraigamos el desastre, la antipatia de los demas o la mala suerte. Somos como una antena receptora de radio. Si estamos sintonizando con ciertas frecuencias, solo captaremos aquellas y no las otras. De la misma manera, si estamos programados para ver y experimentar desgracias, terminaremos acaparando todas las calamidades que pasen a nuestra vera.

La buena noticia, nos dicen estos mismos expertos, es que, de la misma manera que creamos unas redes neuronales negativas, podemos desprogramarlas y crear otras positivas. El cerebro posee la capacidad de generar nuevas neuronas y conexiones que cambien nuestra actitud, nuestros sentimientos y nuestra forma de actuar. Nuestra misma inteligencia, memoria y razón se pueden ver potenciadas por un cambio de actitud y unas nuevas conexiones neuronales. De manera que la pregunta que sigue es, ?cómo lograrlo?

Es sencillo y no lo es. En clave religiosa existe una palabra que la Biblia utiliza ampliamente: la conversión. Convertirse es volverse, girarse, cambiar de rumbo. No se trata de una mera devoción adquirida o renovada. Volverse a Dios es optar por la vida, por nuestra vida, por nosotros, por lo que somos, por nuestra misión y nuestra plenitud. Volver a Dios es reconectarnos con nuestras raices, regresar a los origenes y a nuestra identidad profunda. Convertirse es recuperar el gozo de existir y el amor a la vida. La voluntad de Dios, recordemos el Génesis, no es otra que la plenitud de su criatura y su florecimiento: creced y multiplicaos… Creced, floreced, sed mi gloria.

?Es dificil lograr una conversión? El camino de retorno puede ser largo pero el hecho de cambiar, el giro, el reenfoque de dirección, es cuestión de unos pocos instantes. En el momento en que vemos claro y la certeza se abre paso en nuestro interior, vemos la luz. Y el gesto es inmediato: si decidimos cambiar, el giro se da de una vez. Luego, por supuesto, habra que emprender una prolongada marcha, no exenta de obstaculos y caidas. Pero el rumbo ya es nuevo. A medida que demos mas pasos, avanzaremos y veremos cómo la vida se renueva.

Reviviran tus muertos, tus cadaveres resurgiran, despertaran y gritaran de jubilo los moradores del polvo; pues tu rocio es rocio luminoso, y el pais de las sombras parira (Isaias 26, 19).

Ahora bien, ?cómo cambiar de rumbo? ?Cómo perseverar en este nuevo camino de conversión, una vez iniciado? El riesgo de volver atras es grande. ?No faltan tentaciones ni tropiezos!

Dicen los neurólogos que crear una nueva conexión cerebral lleva tres semanas de tiempo. ?Tres semanas! Por este motivo consultores y terapeutas recomiendan a sus pacientes que, a la hora de cambiar de habitos, se propongan firmemente adoptarlos durante veintiun dias, sin falta. Finalizado este tiempo, el nuevo habito sera ya una costumbre arraigada y no costara seguirlo, incluso se hara con placer y facilidad.

La sabiduria biblica nos ilumina a la hora de ver cómo se opera este proceso de cambio interno. No se fundamenta tanto en la razón o en el analisis como en una experiencia interna que involucra el corazón y la vida. Mas que racional, la sabiduria biblica es sintiente y experiencial. Mas que en la mente, se asienta en el corazón y en la acción. Y los expertos en psicologia y neurologia asi lo advierten: las emociones son el detonante mas potente del cambio, mucho mas que las ideas o los pensamientos.

Esto no quiere decir que la propuesta biblica sea irracional. Hay una convicción muy sólida que sostiene todo el discurso de la Biblia: la certeza de que Dios existe, de que Dios esta cerca y cuida a su criatura humana con amor inagotable. Sobre esta roca es posible levantarlo todo, hasta la existencia mas arruinada y abatida.

Hasta que se derrame sobre vosotros un espiritu venido de lo alto. La estepa se convertira en vergel, y el vergel parecera una selva. Habitara en la estepa la equidad, y la justicia morara en el vergel; el producto de la justicia sera la paz, y el fruto de la equidad sera seguridad y confianza eternas. Mi pueblo vivira en albergue de paz, confiado en sus moradas, tranquilo en sus casas (Isaias 32, 15-18).

Mente y Razón. Corazón y emoción. Cuerpo y acción.

?Por dónde comenzar el cambio? Hay mil técnicas, métodos y manuales con propuestas interesantes… Algunas hacen hincapié en la mente y en la programación neuronal; otras en las emociones, otras en el cuerpo. La Biblia nos propone una opción simple y realista, muy directa. No te pierdas en elucubraciones lógicas. No te abandones a merced de las emociones volubles. Actua. Aunque no tengas ganas, aunque la mente te enrede con razones y sinrazones, aunque las emociones sufran altibajos y no te acompanen siempre… ?actua! Haz lo que quieras hacer, y veras milagros. Haz, y la mente se adaptara de inmediato para acompanar tu rumbo: ?es el volante del coche en tus manos! Haz, y las emociones seguiran a la acción, ?la energia se vuelca alli donde tu la diriges! Actua. Sal de ti. Ten coraje y fiate, recuerda que si tu dices si, Dios también dice si. Y te acompana.


Elige la vida
Extracto sacado del libro de Elige la vida. Una lectura existencial de la Biblia de Montse De Paz

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