UNA TRAGEDIA QUE CAMBIÓ EL RUMBO DE UNA CIUDAD


El 26 de agosto de 1983, unas terribles inundaciones arrasaron la capital y varios pueblos de Bizkaia y Álava, en la que ha sido la mayor catástrofe natural que se recuerda en Euskadi, con 34 muertos y cinco desaparecidos y que arrasó 101 municipios vascos.

Por un guiño del destino, ese mismo año el segundo premio de la lotería de Navidad cayó en Bilbao dejando 7.000 millones de pesetas, una pequeña ayuda para una rehabilitación que se prolongó una década entera.

También nuestros almacenes, situados en el barrio bilbaíno de Rekalde, sufrieron el embate del agua, que arrasó las instalaciones y la maquinaria, destruyendo a su paso la totalidad de nuestro fondo editorial y nuestro archivo histórico. Tampoco eso detuvo la férrea voluntad de la empresa de seguir adelante, trasladándose tiempo después a unas nuevas instalaciones en Zamudio.

Quince años después, en 1997, se inauguró el Museo Guggenheim, el símbolo y motor del renacimiento de la villa. Poco a poco, la ciudad gris, contaminada y decadente que era Bilbao, con su casco histórico arrasado por las inundaciones, resurgió de sus escombros hasta convertirse en la urbe moderna y luminosa que es hoy en día.

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